Carpe diem, vive el momento.
Es lo malo que tiene subir tan alto,
que cuanto más larga es la caída
más duro está el asfalto.
Ese último beso de 9 segundos me llevó al cielo,
a agarrar una nube que se deshizo al instante,
haciendo real mi vértigo, mi mayor miedo,
sentirme débil y solo, sentirme distante.
Se acabó, he tocado el suelo,
y solo tengo una pala para enterrar
la avioneta que un día me llevó tan alto,
o para enterrarme a mí, el hombre que besó el cielo
y acaba agarrado a sus espantos.